Entre las mujeres lejanas
se encuentra.
Dara es querer ser ligero
para viajar con el viento.
Quiere quedarse
en medio de dos labios,
quiere secuestrar un cuerpo.
Dara sabe a invierno,
a paraguas mojados,
a cartas de amor
y a piel blanca.
Son bocas pintadas de nostalgias,
y hasta en las bocas
hay lágrimas por los adioses
que no se desean.
Dara es una mano triste
que se acaricia a sí misma.
Es un beso que
vuela por ciudades.
Es una lágrima que arde.
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