martes, 11 de diciembre de 2012

El clima


Este día sí sabe a invierno, aunque al caminar me topé con pequeños y diminutos otoños. Hojas muertas que les falta la unión con la rama y por lejanía de ella el color verde también muere y el gusano amarillo y crujiente se come la hoja sin romperle ningún hueso. Hojas que viven sobre la madera, hojas que mueren como humanos. Mueren por la vejes que las enrolla, la que le pone huesos frágiles, mueren por el accidente del fuerte viento que les acorta la vida o el asesinato de la mano poco ecológica del hombre.
Llueven cristales redondos, se juntan en los pisos, en el techo. Tocan melodías, pintan paisajes; estimulante de la pluma y verso. Continúa, cae suave, cariñosa, como tratando de conquistar el paraguas. Conviértete en charcos, en río, espejos, en pintura, sigue que eres libre amiga, nutre al trigo, al pan, amamanta la madera y a todo el que necesite tu maternidad.

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